¿Es posible aprender por competencias?

Una de las cosas que más controversia crea en torno a los nuevos modelos educativos es el aprendizaje por competencias. No son pocos los comentarios de profesionales de la educación que critican este planteamiento. Básicamente, lo que se viene a decir es que el verdadero aprendizaje se produce por la memoria y la repetición. El resto son “teorías” para vender una educación de menor valor.

Vamos a dejar clara una cosa. Si un conocimiento no me lleva a una competencia, es decir, si no me permite hacer algo con él, lo aprendido no sirve para nada. La competencia no es un nuevo paradigma. Siempre ha estado ahí. Siempre se han aprendido competencias, en la escuela, en el trabajo, en la vida.

¿Qué es entonces una competencia?: es un conjunto de habilidades, destrezas y conocimientos que me permiten desarrollar una tarea. Leer es una competencia. El fin último de una competencia es encontrar soluciones a los problemas que se me plantean echando mano de mis conocimientos previos. 

La escuela tradicional también enseña competencias.

Decir que la escuela tradicional no enseña por competencias es no saber realmente como funciona el aprendizaje. Claro que enseña competencias! La diferencia es que estas son distintas a las de una escuela avanzada. 

¿Cuál es la competencia básica que enseña la escuela tradicional? Hacer exámenes es la principal. Es decir, el fin último de la educación es enfrentarse a pruebas escritas y contestar a una serie de preguntas y problemas teóricos, echando mano de los conocimientos memorizados y procesos mecanizados con anterioridad. 

Por supuesto que también se hacen otro tipo de tareas prácticas en el marco de las distintas asignaturas. Trabajos de documentación, lectura, compresión y exposición. Esporádicamente, un taller. Pero todos desembocarán en un examen, donde la parte teórica suele tener más peso (si no todo).

Recientemente, en un cole de Madrid, un alumno de último curso de Bachillerato (@OscarBDC_) anotaba las veces que los profesores decían la palabra “Selectividad” o PAU (Prueba de Acceso a la Universidad). La última foto la publicaron al llegar a 1.700. Está claro que la escuela tradicional pone el acento en aprender a hacer exámenes. Y que conste que creemos que es importante, pero no puede ser lo único.

Por tanto, no es cierto que la escuela tradicional no enseñe competencias. Lo hace, pero son diferentes a las de una escuela avanzada.

La teoría es fundamental

Otro de los puntos de discusión es sobre los cocimientos teóricos. ¿Son necesarios?. Son indispensables, sin ellos faltaría una de las patas fundamentales del aprendizaje. No puedo desarrollar una competencia sin los conocimientos necesarios. Es de cajón. El asunto no es tanto si la teoría es necesaria, sino cómo se adquiere.

¿Es la clase magistral, donde el profesor o profesora explica y después se pasa a hacer ejercicios, la mejor manera de aprender la teoría? ¿Son los deberes absolutamente necesarios para fijar esos conocimientos? NO. Y no lo decimos nosotros, lo dice la neurociencia. En una explicación oral el cerebro sólo recibe entre un 20 y un 30 por ciento de la información por vía oral. El resto de la información que capta es la expresión facial, el lenguaje corporal e información del contexto (del aula en este caso)

Sí no hay un conocimiento previo, la clase magistral es realmente muy mala idea. Según la neurociencia, sería mejor un vídeo. Pero sería aún mejor un aprendizaje de la teoría en un contexto práctico y real, trabajando con otros y otras. El cerebro es un órgano social. Aprende de los demás. Y en el caso de los niños y niñas aprende más de sus pares (otros niños y niñas) que de los propios profesores y profesoras.

Aprender a aprender

Recientes estudios avanzan que es probable que nuestros hijos e hijas tengan que actualizar completamente sus competencias de 5 a 7 veces a lo largo de sus vidas. Es decir, que lo que les enseñamos hoy tendrá para ellos una validez muy limitada. ¿Qué competencia les permitirá adaptarse y verse capaces en un entorno de cambios vertiginosos (como ya estamos viendo)? ¿Cómo podemos prepararlos para un contexto en el que las profesiones que van a desarrollar en el futuro ni siquiera existen hoy en día? Tienen que aprender a aprender. Esa es la competencia fundamental. No sólo estudiar y memorizar, sino aprender a hacer con otros y otras.

Trabajo cooperativo

“Tiene que aprender a trabajar en grupo”. Lo habréis oído muchas veces. ¿Pero quién les enseña?

Muy pocas veces se les dan a nuestros hijos e hijas instrucciones para hacerlo correctamente.  El trabajo cooperativo, como lo entendemos en Osotu, no es “trabajar en grupo”. Es una metodología altamente estructurada y probada durante décadas (Jonhson and Jonhson) que permite que todo el grupo adquiera conocimientos a través de un trabajo conjunto. Existen roles, existen tareas y existe control. Si a eso le añadimos el debate que necesariamente se va a producir, tenemos una herramienta de aprendizaje potentísima. Si se hace bien y es motivadora.

La creatividad es la clave de todo

Los trabajos donde el jefe o la jefa te enseña cómo hacerlo y te pide que lo repitas siempre quizá se han acabado. Ahora los requisitos fundamentales son: iniciativa, autogestión y creatividad. Porque lo que se pide hoy en día es que seas capaz de dar respuesta a un problema para el que tus superiores no tienen una solución. No puedes consultar un libro. Tienes que echar mano de tu experiencia y creatividad.

No es algo nuevo. Ken Robinson lleva muchos años diciendo esto mismo.

Pero qué es la creatividad, entonces. Es la capacidad de utilizar tus competencias para dar una solución novedosa a un problema, la capacidad de innovar, de no restringirse a los caminos trillados y de buscar más allá. Para eso tenemos que aprender haciendo, tenemos que trabajar con el hemisferio derecho e izquierdo de nuestro cerebro y tenemos que creernos competentes. Conocimiento, práctica y autoconfianza.

Osotu, un nuevo modelo de aprendizaje

En Osotu, alumnos y alumnas van a aprender haciendo. Todos los conocimientos requeridos por la ley entran dentro del plan de estudio y la programación, pero no se van a aprender por asignaturas, sino en contextos reales de aprendizaje: talleres, proyectos, rincones. Indagación, contraste, debate, exposición.

Así vamos a aprender inglés, ciencias, matemáticas, arte, música, euskera… De forma coordinada entre todo el profesorado y en todas la etapas. Con todo un equipo humano trabajando de una misma forma, fomentando las preguntas más que las respuestas, la experiencia más que la mera teoría, la colaboración más que la competición y la creatividad más que la automatización.