No puedes tratar a los niños como si fuesen productos de una fábrica

Eduard Vallory, fundador de Escola Nova 21.

La vida académica de Eduard Vallory es un buen ejemplo de lo que pasa con mucha frecuencia en nuestras escuelas: repitió bachillerato 3 veces y a punto estuvo de dejar los estudios. Fácilmente se le podría haber puesto la etiqueta de “no vale”. Sin embargo entró en la Universidad a los 22 años y obtuvo los títulos de filosofía y periodismo. Ha sido becado en las universidades de Chicago y Cambridge, y fue profesor invitado durante un año y medio en la Universidad de Nueva York. Fundador del movimiento Escola Nova 21, en la actualidad es director del Centro para la UNESCO de Cataluña.

En una entrevista concedida a Ana Torres para El País, deja clara su  visión de la enseñanza tradicional: “La escuela tradicional es castradora y mata las expectativas”. Y añade: “No podemos perpetuar un sistema educativo que le dice a un niño de 12 años ‘tú no vas a servir para nada’. Es algo que sucede en muchos centros”.

El proyecto  de Escola Nova 21 tiene su origen en su empeño por aglutinar los centros excelentes en innovación pedagógica. “El proyecto Escola Nova 21 empezó con 25 escuelas -de ellas 18 públicas- que consideramos modélicas. Allí los profesores daban formación a otros compañeros por iniciativa propia, era un movimiento autodidacta. “

Eduard tiene claro que “necesitamos escuelas estrella, de referencia. Si todo el mundo es igual, no tienes ningún incentivo para cambiar. En países como Finlandia, las escuelas con un mayor enfoque en innovación son las que están formando a los futuros maestros; en esos centros es donde está la evidencia del avance. En España, las prácticas se hacen en colegios que no son ejemplares y que reproducen las dinámicas de hace 30 años. Para pasar del enfoque tradicional memorístico al competencial, hace falta inspiración.“

Vallory aboga por un enfoque personalizado de la educación que ofrezca a cada uno y una lo que necesita. “Pensar que todos los niños son iguales es un error. En el modelo industrial, no hay sitio para excepciones; todos aprenden lo mismo al mismo tiempo. No puedes tratar a los niños como si fuesen productos equivalentes de una fábrica.”

Pero su gran preocupación es la educación secundaria: “La Secundaria tiene que revolucionarse con el método socrático y científico, mucho más atrevido y potente”, afirma. “Hay adolescentes con un potencial brutal que estamos desaprovechando. Hay que apostar por el trabajo cooperativo y no tener a los alumnos repitiendo conceptos como si estuviéramos en la época preinternet.”

Ante la pregunta de cuánta financiación requiere un proyecto de escuela innovadora como Escola Nova 21, la respuesta es contundente: “no es una cuestión de dinero, sino de voluntad.”

Puedes leer la entrevista completa en este enlace.